El relato gráfico, proyectado como sobre una pantalla cinematográfica con secuencia de imágenes que transmiten las alternativas e incidencias de una trama; ha permitido en todas las ocasiones que se la ha utilizado, ampliar el conocimiento histórico-social de un pueblo, de sus costumbres más arraigadas y de los acontecimientos del medio en que se desarrolla. Socialmente cumplió una función de vínculo y difusión de ideas de contenido popular que reivindicaba los derechos más urgentes de las masas. Tal son los ejemplos que, entre otros, nos revelan el "Guaman Poma", crónica gráfica del Perú incaico de la conquista, las "Calayeras y corridos" de Guadalupe Posada, de marcada influencia en la revolución campesina de México y las series de xilografías noveladas de Frans Masereel, que expresan con rasgos agudos y criterio incisivo los aspectos peculiares de la vida ciudadana.

El lenguaje adoptado en estas xilografías, ejecutadas entre los años 1952-53, corrésponden a este concepto y estaban destinadas especialmente, a evadir la mente de las imposiciones que restringían las libres expresiones del pensamientó.

Las imágenes rescatadas del tiempo y el olvido por caminos transitados por la realidad y el sueño, se mueven en ese clima de inquietud y angustia que caracteriza el fondo del asunto. Las formas plásticas se ajustan a un sentido de síntesis acorde con el interés y la interpretación del tema y el rol de los personajes.

Los mismos motivos invocados; pretexto para estas xilografías, impidieron a su hora, su edición, la que al transcurrir el tiempo y actualizarse mis conceptos plásticos, consideré intrascendentes, faltos dé interés y trasnochada su publicación. Fue Albino Fernández quien me hizo comprender la importancia de un esfuerzo que resume la labor de una etapa de mi obra incisa y quien tomó a su cargo con amor y dedicación la responsabilidad de la edición.

Víctor L. Rebuffo, Julio de 1978


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